propia madre; por esto se halla determinado a respetar a las mujeres en general, o a
despreciarlas o a ser totalmente indiferente respecto de ellas.
380. Corregir la naturaleza.– Si no se tiene un buen padre, debe hacérselo uno mismo.
389. Amistad de las mujeres.– Las mujeres pueden muy bien trabar amistad con un
hombre, pero para mantenerla es necesario que concurra una pequeña antipatía física.
391. Un elemento de amor.– En toda especie de amor femenino se transparenta también
algo del amor maternal

397. Pudor.– Con la belleza de las mujeres aumenta por lo general su pudor.
404. Máscaras.– Hay mujeres en las que, por más que se busque y se analice, no se
encuentra nada interior; son simplemente máscaras. Es de lamentar que se abandone el
hombre a estos seres casi fantasmagóricos, incapaces necesariamente de satisfacer; pero son
ellas justamente las capaces de despertar con más intensidad el deseo del hombre; éste busca
en ellas un alma, y continúa buscándola siempre.
405. El matrimonio considerado como una larga conversación.– Se debe, en el
momento de formar una familia, proponerse a sí mismo esta cuestión: ¿Crees que podrás
entretenerte hasta la vejez con esta mujer? Todo lo demás del matrimonio es transitorio,
pues la mayor parte de la vida común está dedicada a la conversación.
410. La inteligencia femenina.– La inteligencia de las mujeres se presenta como dominio
perfecto, presencia de espíritu, utilización de todas las ventajas. La transmiten como
herencia a los hijos, y el padre añade a ella el fondo obscuro de la voluntad. Su influencia
determina, por decirlo así, el ritmo y la armonía conforme a los cuales la vida nueva debe
ejecutarse; pero la melodía proviene de la mujer. Lo decimos a las personas capaces de
comprendernos; las mujeres tienen el entendimiento, los hombres la sensibilidad y la pasión.
Y no puede contradecirse esta afirmación porque los hombres lleven su entendimiento
mucho más lejos; tienen móviles más profundos, más poderosos, y son estos móviles los que
llevan más lejos su entendimiento, que en sí tiene algo de pasivo. Las mujeres, por lo
común, se admiran interiormente del gran respeto que los hombres imponen a su
sensibilidad. Si en la elección del conjunto los hombres buscan, en primer término, un ser
profundo, lleno de sensibilidad, las mujeres, por el contrario, un ser hábil, listo, brillante; se
ve con claridad que el hombre busca al hombre ideal, la mujer, la mujer ideal, y que, por lo
tanto, no buscan complemento, sino el perfeccionamiento de sus propias ventajas.
Rousseau te extraño ya.
380. A mts del lago: ¿que tenés ganas de hablar ahora, algo que en otro lugar no podrías ya hablar? Tengo una razón cortez. Y opresora.
ResponderEliminarSwinging Belleville rendez-vous
Marathon dancing doum dilouuu
Vaudou Cancan, balais tabouuu
Au Belleville swinging rendez-vous