
El sentimiento libera, pues sentir es crear.
Estimar es crear, es convertir las cosas estimadas en tesoros y joyas.
Es preciso saber sentirse a sí mismo, con sentimiento sano y saludable, para saber soportarse a sí mismo y no vagabundear.
El sentimiento desea, el temor evita. En esto consiste que no se pueda ser al mismo tiempo amado y respetado por una misma persona, por lo menos al mismo tiempo. Pues el que respeta reconoce el poder, es decir, teme; su estado es un temor respetuoso. Pero el sentimiento no reconoce ningún poder, nada que separe, que distinga, que establezca superioridad e inferioridad de rango.
Cuando sentimos queremos que nuestros defectos permanezcan ocultos, no por vanidad, sino porque el objeto amado no sufra. Sí, el que siente querría aparecer como un dios, y esto tampoco por vanidad.
Lo que se hace por el sentimiento se hace también más allá del bien y del mal.
En la venganza, como en el sentimiento, la mujer es más bárbara que el hombre.
En toda clase del sentimiento femenino se trasparenta algo del amor maternal. A veces basta con unos lentes de más alta gradación para curar al ensueñado; y el que tuviera bastante imaginación para representarse un rostro, un talle, con veinte años más, andaría muy exento de inquietudes por la Vida.
Estimar es crear, es convertir las cosas estimadas en tesoros y joyas.
Es preciso saber sentirse a sí mismo, con sentimiento sano y saludable, para saber soportarse a sí mismo y no vagabundear.
El sentimiento desea, el temor evita. En esto consiste que no se pueda ser al mismo tiempo amado y respetado por una misma persona, por lo menos al mismo tiempo. Pues el que respeta reconoce el poder, es decir, teme; su estado es un temor respetuoso. Pero el sentimiento no reconoce ningún poder, nada que separe, que distinga, que establezca superioridad e inferioridad de rango.
Cuando sentimos queremos que nuestros defectos permanezcan ocultos, no por vanidad, sino porque el objeto amado no sufra. Sí, el que siente querría aparecer como un dios, y esto tampoco por vanidad.
Lo que se hace por el sentimiento se hace también más allá del bien y del mal.
En la venganza, como en el sentimiento, la mujer es más bárbara que el hombre.
En toda clase del sentimiento femenino se trasparenta algo del amor maternal. A veces basta con unos lentes de más alta gradación para curar al ensueñado; y el que tuviera bastante imaginación para representarse un rostro, un talle, con veinte años más, andaría muy exento de inquietudes por la Vida.
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